9 sept 2019

Las pinturas nergras de Goya (1820-1823)

Perro semihundido de Goya podría formar parte de una exposición de arte abstracta.
El animal, una mancha negra entre dos masas de color, es un gesto, un movimiento del pincel.
El artista plasmó sobre la pared de su casa, La Quinta del Sordo, ésta y otras pesadillas provocadas por su pérdida de audición y que se conocen como pinturas negras
Actualmente se encuentran en el museo del Prado.      

El verdadero Conde de Montecristo........fuè en la vida real un zapatero de Parìs (1807)

El conde de Montecristo (Le comte de Monte-Cristo) es una novela de aventuras clásica de Alejandro Dumas(padre) yAuguste Maquet.
Éste último no figuró en los títulos de la obra ya que Alexandre Dumas pagó una elevada suma de dinero para que así fuera.
Maquet era un colaborador muy activo en las novelas de Dumas, llegando a escribir obras enteras, reescribiéndolas Dumas después.
Se suele considerar como el mejor trabajo de Dumas, y a menudo se incluye en las listas de las mejores novelas de todos los tiempos.
El libro se terminó de escribir en 1844, y fue publicado en una serie de 18 partes durante los dos años siguientes.
Dumas,obtuvo la idea principal de una historia real que encontró en las memorias de un hombre llamado Jacques Peuchet. Peuchet contaba la historia de un zapatero llamado François Picaud que vivía en Paris en 1807.
Picaud se comprometió con una mujer rica, pero cuatro amigos celosos le acusaron falsamente de ser un espía de Inglaterra.
Fue encarcelado durante siete años.
Durante su encarcelamiento, un compañero de prisión moribundo le legó un tesoro escondido en Milán.
Cuando Picaud fue liberado en 1814, tomó posesión del tesoro, volvió bajo otro nombre a Paris y dedicó diez años a trazar su exitosa venganza contra sus antiguos amigos

El incendio que no fue..curiosidades del Museo del Prado

A finales del siglo XIX, el museo estaba prácticamente abandonado, los trabajadores vivían en sus instalaciones y algunas salas se calentaban con hogueras. 
Ya habia habido pequeños incendios como consecuenciadel abandono y descuido de la institucion por parte del Estado.

¿por qué un periodista se inventó semejante historia? ¿qué pretendía?

El gobierno central no reaccionó ante tal situación hasta que Mariano de Cavia publicó una falsa noticia de un incendio en la portada de El Liberal

La reacción de los madrileños ante este hipotético destrozo fue de tal estupefacción que el Estado se vio obligado a emprender reformas y cuidar mejor esta joya de nuestra cultura.  

Detalles articulo del periodista Mariano de Cavia en El Liberal


El 25 de noviembre de 1891, el periodista Mariano de Cavia publicaba en el diario El Liberal bajo el titular “La catástrofe de anoche: España está de luto. Incendio en el Museo de Pinturas” una noticia relacionada con un pavoroso incendio que se había producido la noche anterior en uno de los desvanes del entonces Real Museo de Pinturas y Esculturas de su Majestad, hoy Museo del Prado.
Mariano de Cavia. Foto: Heraldo.es

A las dos de la madrugada, cuando ya no nos faltaban para cerrar la presente edición más que las noticias de última hora que suelen recogerse en las oficinas del Gobierno civil, nos telefoneaban desde este centro oficial con las siguientes palabras siniestras y aterradoras:El Museo del Prado está ardiendo ¡Ardiendo el Museo del Prado.
El articulo detallaba que no solo ardia una de sus salas sino que el museo entero estaba en llamas.Ante la noticia se precipitaron soldados y autoridades a salvar lo que se podia de la fabulosa coleccion pero al llegar al lugar no habia ni rastros del fuego.


Pieter Brueghel el Viejo y el regreso al mundo de una de sus maravillas


Biografia.

Pieter Brueghel​ llamado el Viejo,fue un pintor y grabador brabanzón. Fundador de la dinastía de pintores Brueghel, es considerado uno de los grandes maestros del siglo XVI, y el más importante pintor holandés de ese siglo.





Con una obra abierta a diversas interpretaciones, Pieter Brueghel revolucionó en su época el género del paisaje.

Oculta en el pasillo de la casa de una rama de la familia Medinaceli, esperaba sumida en el olvido 'El vino de la fiesta de San Martín' , del enigmático Bruegel el Viejo. Tras su ardua restauración, lo adquirió el Prado por siete millones de euros. Este es el relato del asombroso rescate de una obra maestra perdida y al fin recobrada.
El rostro destaca poderosamente entre la turba ruidosa que se agolpa en torno al tonel de vino. Si uno se detiene el tiempo suficiente, acabará por creer que la expresión de los ojos resume todas las debilidades humanas en un par de pinceladas. Hay codicia y burla, pero también ansiedad y terror culpable. Gabriele Finaldi vio además una poderosa evidencia. Fue durante una visita del director adjunto del Museo del Prado a la casa de una de las ramas de la familia Medinaceli.
Había sido citado para someter a su consideración el pedigrí de otra pintura, pero al posar su vista en esta, que colgaba anónima de la pared de un pasillo cualquiera, comenzó el relato del descubrimiento más fascinante de la reciente historia del arte español. 
Aquella expresión, pensó Finaldi, pudo salir de los pinceles de Pieter Bruegel el Viejo (1525-1569), el mejor artista flamenco del siglo XVI y uno de los más enigmáticos.
Más de dos años después de aquella epifanía, El vino de la fiesta de San Martín, espectacular sarga de majestuosos tonos mate y arrogante tamaño (148×270,5 centímetros), verá al fin la luz mañana en las salas de la pinacoteca como la obra maestra que siempre fue. Su presentación en sociedad llega tras un arduo proceso de restauración y gracias a la compra con la ayuda del Estado por siete millones de euros. Y marcará el final de un asombroso viaje de casi cuatro siglos y medio, pasados en su mayor parte entre las brumas de la amnesia, al albur de los designios hereditarios y bajo el maltrato de restauraciones inexpertas.
Cuando Finaldi lo vio en aquel pasillo oscuro, aconsejó a la familia su traslado al Prado para su rescate, antes de tomar ninguna decisión. Los propietarios pusieron en manos de Sotheby's la gestión del futuro de la tela.
Del pincel primigenio de aquella saga de talento menguante se conservan cuarenta cuadros en todo el mundo y solo uno en España, El triunfo de la muerte, que, cosas del designio artístico, ya nunca volverá a sentirse solo en las salas del Prado. Además de uno de los más bellos, El vino de la fiesta de San Martín es también el más grande de la producción conservada del maestro flamenco; su tamaño dobla al siguiente en la lista.
El vino de la fiesta de San Martín fue sometido a un profundo estudio previo: se tomaron macrofotografías y radiografías tremendamente precisas, reflectografías infrarrojas digitalizadas y muestras de los pigmentos. Pese a tanta certeza, la mejor confirmación estaba por llegar. Finaldi seguía convencido de que, al pertenecer a la producción tardía del artista, el cuadro tenía que estar firmado, tal fue la costumbre del autor en los últimos años de vida. Muchas tardes, Finaldi subía al taller, empuñaba la lupa y se pasaba el rato escrutando al detalle la sarga, que poco a poco iba recuperando su ser, en busca de la prueba definitiva de la autoría. El 6 de septiembre de 2010, mientras desayunaba en un café de las inmediaciones del Prado, recibió una llamada: "¡La encontramos!", exclamó Mora al otro lado del teléfono. En efecto: la rúbrica aguardaba en la esquina inferior izquierda, víctima de un estiramiento de la tela e irreconocible bajo un repinte.
Con el trato cerrado, el 22 de septiembre el museo convocó a la prensa para esa misma mañana con cierto aire de enigma. Y el mundo conoció la existencia del que se presentó como "uno de los mayores descubrimientos de la historia del Prado. 
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De nuestros miedos nacen nuestros corajes y en nuestras dudas viven nuestras certezas. Los sueños anuncian otra realidad posible y ...